Agritech abarca el uso de tecnologías avanzadas como la automatización, la biotecnología, el monitoreo y análisis de datos para mejorar la eficiencia y rentabilidad agrícola. Una de las innovaciones más destacadas en este campo es la Agricultura en Entornos Controlados (CEA, por sus siglas en inglés), que incluye técnicas como la hidroponía y la agricultura vertical. Estas prácticas permiten la producción de cultivos durante todo el año en espacios cerrados, optimizando el uso de recursos críticos como el agua. Por ejemplo, en Arabia Saudita, el uso de hidroponía ha reducido los ciclos de crecimiento de los cultivos hasta en un 50 %.
"Como ingeniero agrónomo, veo cómo la adopción de tecnologías como la hidroponía y la agricultura de precisión puede transformar la producción de alimentos en Oriente Medio. No se trata solo de aumentar los rendimientos, sino de hacerlo de manera sostenible y resiliente ante los desafíos climáticos", afirma Juan de Luque, ingeniero agrónomo en Integra.
La incorporación de tecnologías como la inteligencia artificial (IA), el aprendizaje automático y el Internet de las Cosas (IoT) en la agricultura ha permitido avances significativos en la agricultura de precisión. Sensores que monitorean la humedad, la temperatura y los niveles de nutrientes en el suelo permiten la aplicación precisa de insumos, reduciendo el desperdicio y garantizando condiciones óptimas de crecimiento para los cultivos. Estas innovaciones no solo promueven prácticas agrícolas sostenibles, sino que también mejoran la resiliencia ante condiciones climáticas impredecibles.
"En Integra, trabajamos constantemente en cómo integrar la tecnología en la agricultura de manera accesible para los agricultores. No se trata solo de implementar IoT o IA, sino de diseñar soluciones que realmente se adapten a las necesidades locales y a la infraestructura disponible", señala De Luque.
Sin embargo, para que agritech tenga un impacto duradero, es fundamental capacitar a los agricultores en el uso eficiente de estas tecnologías emergentes. Iniciativas como la colaboración entre Integra y universidades o empresas de agritech en los países del CCG tienen como objetivo apoyar la investigación y el desarrollo de tecnologías agrícolas, garantizando que los profesionales del sector estén equipados con las habilidades necesarias para operar en un entorno agrícola modernizado.
Más allá de la inversión en tecnología y formación, es crucial considerar las políticas agrícolas y su impacto en la seguridad alimentaria. Los departamentos de seguridad alimentaria en los países del CCG han subrayado la importancia de abordar las vulnerabilidades en la cadena de suministro de alimentos, especialmente a la luz de desafíos globales como la pandemia y los conflictos internacionales. Esta perspectiva refuerza la necesidad de modelos de suministro de alimentos más resilientes y sostenibles, donde la tecnología agrícola desempeña un papel fundamental.
"Para garantizar la seguridad alimentaria en Oriente Medio, necesitamos un enfoque integral que combine tecnología, inversión en infraestructura y educación. No podemos depender únicamente de la innovación; es esencial que las políticas gubernamentales y el sector privado trabajen juntos para crear un ecosistema agrícola más resiliente", concluye De Luque.
En resumen, la integración de la tecnología agrícola en las prácticas agrícolas tradicionales ofrece un camino viable para mejorar la seguridad alimentaria en Oriente Medio. A través de inversiones en innovación tecnológica, capacitación profesional y el desarrollo de políticas agrícolas sostenibles, la región puede avanzar hacia una mayor autosuficiencia alimentaria y una mayor resiliencia ante los desafíos futuros.